Entre las muchas estrategias de inversión me he decantado por invertir en dividendos. Comprar acciones para cobrar dividendos es el núcleo de mi filosofía inversora. Un flujo constante de ingresos que puedo reinvertir en más acciones y así aumentar mi portfolio a lo largo del tiempo. Es muy sencillo de entender, no requiere mucho tiempo por tu parte y, con una disciplina adecuada, funciona para todo el mundo. Bueno, para los pacientes.
¿Qué contiene este artículo?
¿Qué es invertir en dividendos?
Invertir en dividendos se considera una estrategia donde se compran acciones de empresas que remuneran a sus accionistas con el propósito de generar una fuente anual de ingresos pasivos, los dividendos. Este flujo de dinero puede reinvertirse en la empresa con el fin de generar más dividendos.
Comprar acciones para cobrar dividendos es una de las estrategias de inversión más antiguas y eficaces en la bolsa. Aunque no es la única, es la más sencilla de entender. Yo te dejo mi dinero para que tu empresa prospere, a cambio, tú me entregas una parte proporcional de los beneficios. Tiene sentido y es justo.
De hecho, si el objetivo de una empresa es obtener beneficios, tiene todo el sentido del mundo que parte de sus beneficios acaben en los bolsillos de quienes confiaron en esa empresa y les prestaron dinero. Todo el mundo gana, y ahora toca averiguar cómo entrar en esta dinámica de la inversión en dividendos.
Por eso en este artículo te voy a ofrecer un listado de consejos y ventajas sobre invertir en dividendos. También algunas señales de advertencia que debes conocer para no caer en el pozo de la baja rentabilidad o las pérdidas. Algo así como, ¿cuándo es el mejor momento para comprar acciones? Aunque no haya una respuesta única a esa pregunta.
6 factores a considerar antes de invertir en dividendos
Cuando hablamos de dinero es mejor actuar con cabeza fría. En primer lugar, no todas las acciones pagan dividendos, por lo que no puedes comprar lo primero que se te pase por delante. En segundo lugar, la cantidad de dividendo abonada a los accionistas varía de una compañía a otra. Y por último, existen desventajas a la inversión por dividendos, como puede ser un daño a las finanzas de la empresa o el pago regular de impuestos.
1. Rentabilidad del dividendo
La rentabilidad por dividendo (dividend yield) representa qué porcentaje del precio de la acción (precio en el momento de compra) se abonará anualmente a los accionistas en forma de dividendo. Es la primera cifra que buscan los inversores por dividendos, debido a la claridad de su información.
Cuanto más alta sea la rentabilidad de un dividendo, mejor, ¿no?
Sin embargo, hay que mostrar cautela. Una rentabilidad por dividendo mayor del 4% debería examinarse detenidamente, y aquellas por encima del 9% se mueven en aguas traicioneras. Una elevada rentabilidad por dividendo conlleva el riesgo de no poder cumplir con las remuneraciones y es indicativo de que el precio de la acción está descendiendo como consecuencia de una venta masiva por parte de los inversores.
Si una acción ha pagado históricamente un 2,8% de media en dividendos, y de repente ofrece un 7,6% ¡no quieres esa acción! La compañía está en problemas. Pero un dividendo de 3,56% frente a un 2,93%, como ocurrió con las acciones de 3M Company, es una oportunidad.
Durante el crash del Covid, Coca-Cola pasó de pagar un dividendo de 3,22% a uno de 4,29%, eso es un incremento de casi un tercio, ¡y estamos hablando de un golpe tremendo a la bolsa! Así que si una acción paga el doble de lo que debería, no te conviene.
Busca una rentabilidad del 3-4%, es una cifra sólida para la mayoría de empresas. Un 5% es aceptable para una REIT. Y una eléctrica puede pagar un 6% sin sufrir mucho, aunque su crecimiento será más lento debido a los gastos adicionales.
2. Payout ratio (proporción de pago)
Pero ahora debes hacerte la pregunta ¿de dónde sale el dinero? Ya he dicho que el valor del dividendo se descuenta de la cotización de la acción (en teoría) pero el dinero real (no el valor) sale de las arcas de la empresa y acaba en tu cuenta bancaria. Y aquí aparece un valor importante, el payout ratio.
El payout ratio representa qué porcentaje de los beneficios de una empresa se destina al pago de dividendos. Este es un valor muy importante, pues refleja cuánto dinero conservará la empresa en forma de ahorro o para invertir en un potencial crecimiento de sus negocios (más plantas industriales, mejores laboratorios, renovar la flota de camiones…).
En un mundo ideal, el payout ratio sería pequeño y el dividendo elevado. En un mundo ideal. Aquí no puedo ofrecerte cifras exactas pero un payout ratio entre 35% y 55% se considera apropiado (y sano para la compañía). La mitad para los accionistas y la otra mitad para expandir el negocio es una buena proporción.
Los REIT (Real Estate Investment Trust, las inmobiliarias) tienen un payout ratio más elevado (normalmente entre el 70% y el 90%) por lo que no deberías alarmarte porque sea más alto de lo que se considera «sano». Ese negocio funciona así.
Si alguna vez encuentras una compañía que paga un payout ratio superior al 100% te envía una señal de alarma: o la empresa va a recurrir a deuda para pagar a sus accionistas, o un recorte del dividendo está al caer.
3. Dividendo histórico y crecimiento
Otro dato importante a conocer es saber cómo ha sido el rendimiento del dividendo de esa compañía a lo largo del tiempo. ¿Ha pagado siempre lo mismo? ¿A veces mucho y a veces poco? ¿Tiene un crecimiento constante?
Analiza los datos de la compañía (son públicos) y determina cuál ha sido el comportamiento de la empresas respecto al pago de dividendos antes de invertir tu dinero allí. Una empresa en constante crecimiento, como los aristócratas del dividendo, siempre son una buena inversión. Pero una empresa con jugoso dividendo puede no serlo si ese pago extraordinario es eso, extraordinario.
4. Conocer la salud de la compañía antes de comprar acciones para cobrar dividendos
Ahora ya sabes que quieres comprar esa acción pero… ¿es el momento de comprar? ¿Va a bajar el precio de la acción? ¿Está sobrevalorada? ¿Infravalorada? ¿Cuál es su precio justo?
Existen algunos factores técnicos a tener en cuenta al adquirir una acción, como son el beneficio por acción, la relación precio beneficio y el coeficiente beta. Te dejo el enlace que explica detalladamente cómo interpretarlos.
5. ¿Cuándo se pagan los dividendos?
El momento de comprar una acción importa. No vale cualquier fecha, y la fecha varía con cada empresa. Existe un momento adecuado par adquirir una acción y cobrar el dividendo.
La información más detallada la reservo para otro artículo, pero ten presenta la fecha ex dividendo de una compañía. El tiempo necesario para cobrar dividendos viene marcado por esta fecha, La acción debe estar en tu poder antes del periodo ex dividendo. Si no, tendrás que esperar al próximo dividendo para cobrar.
6. El IRPF de los dividendos
Los detractores de los dividendos tienen un poderoso argumento en contra de esta estrategia, y es que los dividendos están sometidos a mayores impuestos que otro tipo de inversiones. Al menos sobre el papel. Cada vez que percibes dinero, debes pagar una parte al Estado.
De modo que si recibes dividendos, una parte corresponde a Hacienda, mientras que si inviertes en acciones sin dividendos no pagas impuestos hasta el momento de la venta (aunque ese día igual debes pagar una buena cantidad de dinero).
En el caso de España, se gravan los dividendos en función de su valor:
- Primer tramo de 6000€: 19%
- Segundo tramo, entre 6001€ y 50000€: 21%
- Por encima de 5000€: 23 %
Por lo tanto, 8000€ en dividendos supone 1560€ en impuestos (1140€ del primer tramo más 420€ del segundo tramo). Pero hay que pagar Sanidad y Educación, ¿no?
Existe un mecanismo, el dividend script, por el que eludes el pago de impuestos bajo la condición de que el beneficio del dividendo se convierte en más acciones de la misma compañía. Algunas empresas, como Telefónica, ofrecen esta posibilidad. También hay algunas exenciones al invertir en bonos, pero no siempre.
Ahora que ya conoces esta información, tal vez quieras echar un vistazo a cuáles son los mayores dividendos del Ibex 35. Todos tienen magnífica rentabilidad por dividendo, valora si son buenas inversiones.
Estrategia para invertir en dividendos
Has de saber que invertir en dividendos es una estrategia de abuelos. Así me gusta llamarlo. No es la emoción de la bolsa, su estrés de la compra-venta y el estudio de los patrones de velas japonesas. No es abrir posiciones cortas para el trading. Lo haces porque confías en que cuando estés destrozado de los huesos, viejo y necesites mil millones de cuidados cuentas con la seguridad de tener unos ingresos para hacer frente a esos pagos y aprovechar los años de la «joven vejez» en viajes y otros gastos que te reporten calidad de vida.
También es a prueba de tontos, pues solo requiere —aparte de elegir buenas acciones en las que invertir— disciplina y paciencia. No hace falta ser un genio para seguir las tres reglas que te indico a continuación. Pero hay que seguirlas, si no los resultados no serán los esperados. Aunque algo conseguirás, es la magia de los dividendos.
Las tres formas de aumentar tu portfolio
Comprar acciones para cobrar dividendos no es un acto de una sola vez. No puedes meter un dinero y dejarlo ahí sin más. Bueno, sí que puedes, pero no es lo aconsejable. Necesitas cuidar de tu inversión para que ella te cuide en el futuro. De modo que debes buscar formas de aumentar el valor de tu cartera de inversión. Existen tres mecanismos:
- Depósitos regulares
- Revalorización de tus acciones
- Reinvertir tus dividendos
1. Depósitos regulares
Sin embargo, que nadie te engañe. La forma más rápida de incrementar el valor de tu cartera de inversión es insuflarle tu propio dinero. Tasa Tobin o no, compra más acciones. Recuerda que invertir es una forma avanzada de ahorro (donde el interés compuesto actúa en tu beneficio), de modo que necesitas alimentar esos ahorros.
En mi caso intento destinar el 15% de mis ingresos mensuales a mi cartera de inversión. Ese es un buen porcentaje, pero deberías elegir el que mejor se adapte a ti, ya que nuestras necesidades varían con el tiempo y vamos a atravesar épocas malas. Mientras que las pagas extras son una buena forma de darle un empujón a tus acciones.
2. Revalorización de la acción
El valor de las compañías (y el precio de las acciones) cambia con los tiempos. Como norma general, las empresas tienden a crecer (algunas pierden valor, todas, si hay una recesión, e incluso desaparecen, pero son las menos), así que el valor de tus acciones aumentará con el tiempo. Quizá les cueste, pero aumentarán de valor.
Además, esta revalorización terminará por convertirse, no solo en un mayor valor de tu portfolio, sino también en un incremento de los dividendos, que es lo que buscas con esta estrategia.
3. Reinvertir los dividendos
Comprar acciones para cobrar dividendos es el objetivo de este proyecto, pero debes resistir (en la medida de lo posible) la urgencia de gastar esos dividendos. Lo más sensato es reinvertir los dividendos en acciones para amplificar el efecto bola de nieve y cobrar más dividendos con el tiempo.
Mis motivos para invertir en dividendos
Yo mismo me considero un inversor por dividendos. Es muy, pero muy, raro que compre acciones de una empresa que no remunere a sus accionistas. Quizá se haya suspendido el pago de dividendos, como le ha pasado a Meliá y muchas aerolíneas por culpa de la Covid-19, pero si adquirí la acción es porque pagaba dividendos.
¿Por qué?
Porque soy un firme partidario de la filosofía inversora de Kevin O’Leary: La única forma de ganar dinero con una acción que no paga dividendos es si alguien te la quiere comprar a un precio mayor. Eso es especulación. No me gusta comprar acciones especulativas*.
*La única excepción es Amazon, cuyas acciones compro porque soy usuario regular (allí vendo mis libros) y me gusta mucho el modelo de negocio. Dejando a un lado eso, solo compro acciones con dividendo.
Además, no me gusta estar pendiente todos los días de la bolsa. No soy fan del trading, es muy estresante. Eso resta mucho tiempo en ganar dinero que luego puedes invertir en dividendos.
Con esta estrategia puedes marcar una orden Stop Loss muy generosa (los descensos en bolsa son esperados, en algún momento u otro) y centrarte en tus ingresos activos. O dormir, que es muy sano. O leer un libro como El alguacil (nótese la publicidad gratuita de mi propia novela). Invierte por dividendos y dedica tu tiempo a otras cosas.
5 razones para invertir en dividendos
Y he aquí el poder de la inversión por dividendos, las cinco razones fundamentales para elegir esta estrategia sabiendo que has escogido bien.
1. Invertir por dividendos suele mejorar los resultados del mercado
No estoy de broma cuando digo que las empresas que gastan su dinero en los accionistas son las que más crecen con el tiempo (largo tiempo). El crecimiento medio de la bolsa americana es del 7,7% al año. ¿El de los aristócratas del dividendo? 9,25%.
Y esto es así porque las empresas que pagan dividendos son compañías con una menor volatilidad, que tienen a un lento pero constante crecimiento del que se benefician sus inversores.
La siguiente tabla, cortesía de Al Frank Asset Management, muestra la rentabilidad media anual de cuatro grupos:
- Mejores pagadores de dividendos (los aristócratas del dividendo).
- Compañías que pagan dividendos con cierta estabilidad (muchas empresas españolas o las dedicadas al automóvil).
- Compañías que pagan dividendos pero a veces los recortan o suprimen (compañías en sectores volátiles como turismo y consumo).
- Empresas que no pagan dividendos (la mayoría de las tecnológicas).
Es fácil ver que aquellas empresas que pagan dividendos son más rentables, precisamente porque tienen unas finanzas más saneadas, una fuente regular de ingresos que les permite remunerar a sus accionistas y crecer al mismo tiempo.
No obstante, hay que mencionar que algunas de las empresas que experimentan un mayor crecimiento entran en la cuarta categoría, las que no pagan dividendos. Compañías como Google, Amazon y Facebook. Pero por cada una de ellas hay seis o siete que nunca terminan de levantar cabeza.
2. Los dividendos remuneran mejor a largo plazo
A raíz de lo dicho en el punto previo, un breve vistazo a los datos del mercado —se pueden consultar en cualquier web especializada, todas dirán lo mismo— revela que algo menos de la mitad de los beneficios generados por empresas a lo largo de un siglo corresponde a sus dividendos.
No invertir por dividendos es perder casi la mitad de beneficio potencial. No importa lo mucho que una de tus empresas tecnológicas suba de valor, no verás un duro hasta que vendas.
Mientras que los dividendos son una fuente regular de ingresos con los que puedes comprar nuevas acciones, que a su vez generan más dividendos, reforzando tu estrategia de inversión. A largo plazo (y lo que defiendo en esta web es el largo plazo) invertir en dividendos es más rentable que el juego de apostar qué acción subirá de valor este mes.
3. Invertir en dividendos altera tu mentalidad sobre el ahorro y la inversión
Un poco de lavado de cerebro. Aunque creo es para bien. La necesidad de proporcionar depósitos regulares a tu cartera de inversión para alimentar lo dividendos te mentaliza para ahorrar dinero. Tener un objetivo te ayuda a centrarte en el ahorro.
Además, como no tienes que estar pendiente de las fluctuaciones diarias del mercado (no te importa que una acción baje un día -3% si dentro de un mes habrá conseguido un +4,5%) no caes en la trampa del pánico y los nervios de cerrar una posición en rojo «porque su valor baja cada vez que lo consulto, cada 20 segundos».
No. Una estrategia de inversión por dividendos te permite alejarte de este estrés diario y centrarte en el futuro. Solo debes preocuparte de estudiar las compañías donde quieres invertir tu dinero, y después decidir dónde reinvertir tus dividendos.
4. Una estrategia de inversión por dividendos te proporciona ingresos incluso en recesiones
Tarde o temprano, la bolsa va a caer. Yo ya he vivido la burbuja punto com (aunque ni la recuerdo), la crisis de 2008 (esa me golpeó muy fuerte en tema de empleo) y la del coronavirus (aquí estamos…). Esta última ha sido mi punto de entrada en bolsa, porque ofrecía grandes oportunidades. Pero hablemos de lo que importa.
La economía funciona por ciclos, hay años bajos, las empresas pierden dinero y las acciones bajan de valor… Es inevitable. No obstante, los dividendos están «asegurados». Hay compañías que se verán obligadas a reducir o suspender sus dividendos, pero las empresas más fuertes se mantendrán firmes para demostrar fortaleza ante sus accionistas (fortaleza=interés inversor) y por eso puedes contar con sus dividendos.
Además, esos ingresos adicionales pueden ayudarte en momentos de crisis para pagar tus facturas. Lo ideal es reinvertir, pero hay ocasiones en los que la vida obliga. Y recuerda que una compañía sin dividendos solo te ofrecerá dinero si vendes la acción (cuyo precio acaba de bajar debido a la crisis y además debes pagar su IRPF).
5. Un incremento anual en dividendos puede garantizar tu jubilación
¿Te has fijado en el termómetro de Objetivo 25550? Es posible que no se vea en tu móvil, pero está ahí. Ese es mi objetivo de inversión: conseguir 25550$ de ingresos anuales en dividendos. Es mi «plan de pensiones».
Las acciones que pagan dividendos tienen un tercio de la volatilidad de aquellas acciones especulativas, por lo que puedo confiar en su rentabilidad dentro de 25 años (bueno, 36 quedan para jubilarme). Es un dinero «ahorrado» cuyos intereses (dividendos) podré retirar sin que eso perjudique a mi patrimonio. Además, aunque esto ya es mucho pedir, quizá pueda crear riqueza generacional para mis hijos…
Por último, como nota curiosa, tanta importancia le otorgo a la inversión en dividendos que esta web iba a llamarse invertirendividendos, pero finalmente decidí asentar los pies en el suelo, porque no solo vivo de dividendos (ojalá). Pero ese es asunto para otro día.
Este artículo de El euro extra sobre cómo invertir en dividendos no debe ser tenido en cuenta como un consejo financiero, sino mi experiencia personal al invertir en bolsa a través de Etoro (al principio) y DEGIRO. Y recuerda que invertir conlleva riesgos de perder tu capital. Consulta a un verdadero experto en materias bursátiles.