Compartir

A la hora de adentrarse en el mundo de las inversiones no existe un activo más accesible que las acciones de una empresa. Al existir multitud de compañías con acciones a diferentes precios (desde acciones de céntimo a los cuatrocientos mil euros que cuesta cada acción de Berkshire Hathaway), el inversor dispone de un amplio abanico de posibilidades para invertir su dinero. Sin embargo, he detectado cierta «niebla de guerra» respecto a qué es una acción y qué estás comprando exactamente cuando entregas tu dinero a cambio de uno o varios de estos títulos. De modo que es hora de arrojar un poco de luz sobre estas confusiones, especialmente en tiempos donde la gente dice «he perdido dinero en bolsa», lo cual es impreciso.

¿Qué son las acciones de una empresa?

Una acción de una empresa es un activo que representa la propiedad sobre una fracción de dicha compañía. Esto convierte al dueño de la acción (accionista) en poseedor de una parte de los bienes y beneficios de la empresa. Cada acción es idéntica a otra de la misma compañía, de modo que la fracción de la compañía poseída por el accionista es proporcional al número de acciones que posee.

Si la compañía está adscrita a un mercado bursátil (existen compañías de capital privado cuyas acciones no se adquieren en la bolsa) cualquier individuo puede adquirir acciones de una compañía (a través de los servicios de un bróker, ya sea un individuo, una institución o una plataforma online) durante el horario en que el mercado permanece abierto (L-V; 09:00-17:30 para el caso de España), normalmente al precio de cotización actual, aunque existe la posibilidad de comprar acciones de terceros. En cualquier caso, este tipo de transacciones comerciales deben obedecer la normativa gubernamental, con el fin de proteger a los inversores frente a actuaciones fraudulentas.

¿Cómo funcionan las acciones de una empresa?

Las compañías emiten (venden) acciones para recaudar capital. El comprador de la acción (accionista) compra una porción de la compañía y ejerce sus derechos sobre una parte del valor de los bienes y beneficios mientras conserve la acción. La propiedad de la empresa se divide entre cada una de las porciones (acciones) en las que se divide la empresa, de modo que quienes más acciones tienen, más parte de la empresa poseen.

Los accionistas NO son dueños de las empresas, son dueños de las acciones que componen la empresa. Porque la empresa se considera una entidad en sí misma, y por lo tanto puede poseer propiedades, pagar impuestos, pedir préstamos y ser demandada; ninguno de estos actos tiene impacto directo sobre los accionistas.

Acciones y propiedad de una empresa

Cuando compras acciones lo que compras son derechos sobre la compañía, no la compañía en sí. Esto se debe a razones de protección. Responsabilidad limitada. Los accionistas no pueden utilizar los bienes de la empresa como si fueran propios, pertenecen a la compañía. Si un accionista posee un 10% de las acciones de la empresa no puede apropiarse del 10% de todos los lapiceros de esa empresa, pero el accionista sí tiene derecho al 10% del valor de los activos de la corporación (incluidos los lapiceros). Esto resulta muy evidente cuando una empresa compra a otro: la primera empresa compra las acciones de la segunda, no va por ahí comprando cada edificio, camión, mesa y uniforme.

Del mismo modo, si la empresa está en apuros financieros, la compañía no puede utilizar los bienes de sus accionistas (son propiedad privada). Esta especie de separación de bienes ofrece garantías jurídicas. Tus bienes personales están a salvo de la mala praxis de una compañía.

Al comprar acciones recibes derecho de voto y sobre los beneficios (que verás reflejados en dividendos y revalorización de las acciones). Si cuentas con suficientes acciones, puedes influir en la dirección de la empresa, no solo en la toma de decisiones, sino sobre quién está al volante. Un accionista mayoritario puede ejercer mucho peso sobre quiénes forman parte de la cúpula directiva (incluso tú)

Tu inversión en la compañía cuando la bolsa baja

Una de las constantes en el mundo de la inversión es que la bolsa baja. Como norma general, el mercado va hacia arriba (por eso invertimos) pero de vez en cuando baja, y cuando lo hace, lo hace con fuerza. Puede tardar un año en subir un +10%, pero en dos semanas cae un -20%. Es un factor que siempre debemos tener presente si vamos a invertir. Ahora bien, ¿qué significa esto para las empresas?

Si el valor de las acciones de una empresa (o toda la bolsa) baja, ¿significa que pierdes dinero? No exactamente. Un elemento que cuesta colar en la mollera de los inversores es que no pierdes dinero hasta que cierras una posición en rojo (con pérdidas). Si compraste cien acciones a 8€ y su valor cae a 7€ no has perdido 100€, aún tienes las cien acciones. Ahora bien, si te asustas y vendes tu posición SÍ habrás perdido 100€, porque has vendido por 7€ lo que compraste por 8€, ¿se entiende?

No hay que vender acciones cuando la bolsa cae, al contrario, hay que comprar más, porque están baratas. Recuerda que aún mantienes la propiedad sobre las cien acciones de la compañía (no importa que valgan menos, tu parte del pastel es la misma), eso no ha cambiado en absoluto. ¿La empresa seguirá en funcionamiento cuando termine la crisis/pandemia/guerra? Entonces, ¿para qué vender? Si bien no deberías esperar al mejor momento para invertir, lo cierto es que este tipo de caídas ofrecen jugosas oportunidades.

Con el ejemplo anterior, tus 800€ ahora te permiten comprar 114 acciones (en lugar de las 100 de antes). 114 acciones más baratas con las que obtendrás beneficio cuando se revaloricen. Si quieres vender, que sea cuando vayas a cosechar beneficios. Y si vas a vender con pérdidas, que sea porque la empresa se está yendo al garete y no merece la pena quedarse en el Titanic.

¿Porqué las compañías emiten acciones?

Una compañía emite acciones para recaudar capital de los inversores. Capital que la empresa necesita para financiar sus operaciones y expandir su negocio. De ahí la importancia de la Oferta Pública Inicial (IPO, en inglés), el día que una compañía cotiza por primera vez en bolsa y recauda el dinero que le permitirá expandir sus operaciones. Estas IPO son extremadamente volátiles, ya que es sabido que los primeros inversores son los que más posibilidades tienen de beneficiarse a largo plazo, pero al especulación de las primeras horas y días puedo provocar drásticos ascensos/descensos en el valor de una acción recién cotizada.

Cuando una compañía necesite capital, podría recurrir a la emisión de acciones (las antiguas acciones pierden valor); por el contrario, cuando una compañía tiene solvencia económica, puede iniciar un programa de recompra de acciones (lo que beneficia a los inversores).

Acciones de una compañía: qué clases existen

Aunque todas las acciones sean iguales respecto a su derecho sobre la propiedad de una empresa, no todas las acciones son iguales. Existen dos tipos de activos en una empresa:

  • Acciones comunes
  • Acciones preferentes

Las acciones comunes son las que todo el mundo compra y vende en la bolsa. Representan todo lo expuesto anteriormente: fracción de una compañía, derecho a voto y a percibir una parte de los beneficios de la empresa. Nada que añadir aquí.

Las acciones preferentes son un título de propiedad sobre la compañía, pero que renuncia a su derecho a voto o influenciar en la política de la empresa. A cambio de renunciar a estos derechos, percibe una mejor retribución económica, normalmente una rentabilidad por dividendo basada en porcentaje, no en los Beneficios Por Acción. Además, en caso de cierre de la empresa y liquidación de sus activos, las acciones preferentes son compensadas antes que los accionistas (pero no antes que los dueños de los bonos corporativos).

A quienes no les interesa ejercer influencia sobre la compañía pero sí los beneficios, las acciones preferentes son una buena estrategia. Por ejemplo, Warrent Buffet es famoso por adquirir este tipo de activos en las compañías donde invierte (sus preferentes reciben un 8% de dividendo en Occidental Petroleum, 6% en Bank of America, 10% en General Electric, y así con muchas otras compañías del S&P500…). En cierto modo, las acciones preferentes son consideradas por algunos como una especie de deuda, ya que el inversor preferente carece de poder dentro de la compañía pero a cambio de su inversión recibe una compensación pactada de antemano.

Las acciones comunes siempre están presentes en una compañía cotizada, mientras que las acciones preferentes no existen en todas las empresas.

Acciones de una empresa vs bonos corporativos

Ya que hablamos de deuda, es momento de mencionar un tercer tipo de activo que las compañías emiten: bonos. Además del dinero que recauda de los accionistas, una compañía puede estar en necesidad de capital, ya sea para expandir su negocio, adquirir otra compañía o modernizar su maquinaria. Cuando una empresa no quiere emitir nuevas acciones (ya que al hacerlo rebajaría el valor de dichas acciones, lo que puede molestar a sus inversores) recurre a los préstamos.

Que nadie se asuste, casi todas las empresas tienen deudas. Algunas excepciones son Gillete, Logista o Procter&Gamble. Pero la deuda no es grave, todo depende de cuántos beneficios pueden obtener con el dinero prestado.

Los bonos corporativos son títulos de deuda en los que la compañía se compromete a devolver el capital prestado, más los intereses generados hasta la maduración del bono. Este tipo de activos pueden comprar en el mercado bursátil, igual que las acciones, o incluso pueden estar agrupados con otros bonos en algunos ETF especializados.

¿Dónde puedo comprar acciones de una empresa?

Vayamos a lo fácil y utilicemos un bróker online, especialmente uno que no tenga comisiones o cobre muy pocas. Si no es tu primera visita al blog, sabrás que yo utilizo DEGIRO, especialmente para comprar acciones del Ibex 35 que paguen dividendos e invertir en ETF. Las bajas comisiones (50 céntimos para españolas, gratis en el caso de algunos ETF) me motivan a hacerlo. He de reconocer que tiene una interfaz menos… atractiva que otros bróker, pero no estoy allí por su cara bonita, sino por las facilidades.

Aunque existen otras alternativas para comprar acciones de una empresa, especialmente para quienes no quieren manejar sus propias inversores porque no se creen con la capacidad (aunque todo es aprender). Por ello quizá quieras recurrir a asesores financieros, planes de pensiones, fondos de inversión, etc. Ellos te informarán sobre las opciones en función de lo que necesites, y aunque te cobren una tarifa (es su empleo) cuidarán de tus finanzas.

Este artículo de El euro extra sobre qué son las acciones de una empresa no debe ser tenido en cuenta como un consejo financiero, sino mi experiencia personal al invertir en bolsa a través de DEGIRO. Y recuerda que invertir conlleva riesgos de perder tu capital.

Compartir

Por Carlos Pérez Casas

Recoge los beneficios de sus novelas y los invierte en dividendos porque algún día le gustaría jubilarse.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *