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Vas a vivir muchos años (¡bien!) pero eso implica que durante todos esos años pueden ocurrirte desgracias. Y ocurrirán. Dave Ramsey lo sabe. Y Dave Ramsey escucho (no siempre, pero en temas de ahorro, sí) cada vez que habla de la necesidad de protegerse de las malas épocas. De la importancia de tener un fondo de emergencia bien fundado y saber para qué sirve y cuándo recurrir a él. Por eso hoy vamos a hablar de la importancia de tener unos ahorros considerables.

¿Qué es un fondo de emergencia?

Un fondo de emergencia es un dinero que mantienes guardado para utilizarlo cuando surjan gastos imprevistos. Su cuantía garantiza que salgas a flote de ese problema puntual sin perjudicar otros aspectos de tus finanzas, como tu fondo de pensiones o tu cuenta corriente.

Debería protegerte de lo que ignoras que se te viene encima pero que en algún momento ocurrirá. Tu fondo de emergencias cumple la función de protegerte de la vida, que a veces es muy perra y nos golpea repentinamente. Se trata de dinero para verdaderas emergencias, como un incendio en al cocina, goteras, un accidente de coche o perder el empleo. No es para utilizar en oportunidades/ofertas/rebajas. No.

¿Cuánto dinero debería mantener en mi fondo de emergencia?

Empieza por una cantidad fija: el equivalente a tu salario de un mes. Con ese dinero guardado estás protegido durante (al menos) ese tiempo en caso de perder tu empleo. Hay gente que vive de salario a salario, gastando todo lo que gana, y lo hace durante muchos años. Bien, pues si ellos pueden tú también podrías (fácil, porque además eres más precavido que los demás, puesto que te hayas en el camino para disponer de cierto patrimonio personal).

Ese es un buen punto de partida. Tu salario. A partir de ahí puedes hacer frente a tus deudas y relajar un poco (no mucho) tu conducta. Pero no olvides que debes contribuir poco a poco hasta crear un colchón sobre el que asentarte con tranquilidad. Pero a la verdadera pregunta ¿cuánto dinero debería tener guardado? Pues según el show de Dave Ramsey, tu fondo de emergencia debería contener el dinero necesario para cubrir entre tres y seis meses de gastos.

Y ese periodo depende de cuál es tu situación personal. Si tus ingresos son irregulares (eres autónomo o trabajas a comisión) o solo hay un salario en la familia deberías aumentar el tamaño de tu fondo de emergencia hasta los seis meses. No obstante, si tienes un empleo estable u tras fuentes de ingresos (especialmente un segundo salario en la casa), puedes reducir la cantidad necesaria a tres meses de gastos.

¿Por qué necesitas un fondo de emergencia?

Porque la vida golpeará. Y entonces estarás en una situación de tener que desembolsar dinero de tus ahorros, ahorros que tenías destinado para OTRA COSA, no para una emergencia. ¿No sería maravilloso echarte cada noche a dormir con la tranquilidad de saber que si mañana tu mundo se ha ido un poquito a la mierda cuentas con los recursos para hacer frente al problema? Todo gracias a una buena planificación por tu parte. ¿Goteras en tu casa? Tienes el dinero para arreglarlas, solo debes preguntar: ¿cuánto tardaréis en venir para arreglar el techo? No tendrás que preocuparte de reunir el dinero. Ya estabas preparado.

El futuro tiene la mala costumbre de no cumplir sus promesas, salvo que sean amenazas. De ahí al importancia de saber administrar el dinero. Cuando los problemas llamen a tu puerta y cuentes con un dinero para emergencias podrás decirle: «Puerta equivocada. Prueba en la siguiente». Una emergencia cuando tienes dinero resultar ser un inconveniente; si no lo tienes, un maldito drama. Disponer de un fondo de emergencia bien fundado te proporciona las herramientas necesarias para mostrarte optimista, para ver la vida con otros ojos, porque cuentas con la seguridad psicológica de saber que lo malo… no será tan malo.

Nota aclaratoria: Un fondo de emergencia no es como una cuenta de ahorro, por ejemplo al ahorrar para comprar un piso, no. Un fondo de emergencia es un dinero destinado a que no lo toques. A estar ahí parado, por si lo necesitas. Es diferente a un dinero guardado para comprar o invertir.

Características de un fondo de emergencia

Ahora hablemos sobre cómo estructurar todo este salvavidas frente a los azares de la vida. Existen algunos aspectos fundamentales que un fondo de emergencia deber cubrir. Y no hablo de la cantidad de dinero, sino de la forma en que tratas ese dinero, la importancia que le das y cómo gestionas tu acceso a él. Este es un instrumento de salvación, por lo que debe estar siempre listo y siempre a mano. Y ser lo más importante dentro de tu estructura financiera.

Debe ser tu prioridad financiera

Una vez hayas cubierto tus facturas del mes, dedica al menos el 20% de tus ingresos a contribuir en tu fondo de emergencias, por encima de cualquier otro gasto (adicional) que quieras hacer. Lo ideal sería que construyeses tu fondo de emergencia lo más rápido posible, pero seamos realistas respecto al tiempo que lleva conseguirlo. Roma no se hizo en un día. Aporta cada mes una cantidad significativa (ese 20% que te indico, por ejemplo) hasta alcanzar la cifra que consideras oportuna.

Recuerda pagar en efectivo para controlar mejor lo que gastas, ahorra donde puedas y busca ofertas de lo que ya tenías pensado comprar, no de lo que te ofrezcan. Cuando lo consigas, podrás dedicar tu dinero a otros con la seguridad de saber que estás cubierto en caso de que algo salga mal.

Es un seguro…

El dinero guardado en tu fondo de emergencia está para protegerte del mismo modo que lo haría un seguro que hubieras contratado. La diferencia es que tu dinero no te pedirá explicaciones ni se demorará en aparecer en tu mano. Cada vez que tengas un problema (porque los problemas tienden a aparecer en nuestra vida), tu dinero de emergencia estará ahí para echarte la mano que tanto necesitas. Según el Heraldo de Aragón, el gasto medio en una reparación de urgencia es de 1400€, y no querrás que te coja por sorpresa.

La diferencia es que este seguro no te cuesta dinero, no pagas por él. Sí, pierdes la rentabilidad que podría proporcionarte ese dinero, pero te ayudará cuando la vida te golpee con dureza. Sin coste adicional. Lo cual nos lleva al siguiente punto.

…no una inversión

El dinero de tu fondo de emergencia no tiene el propósito de hacerte ganar dinero, sino proteger otros activos que sí te aportan dinero. Si tu cocina se quema, el seguro (si lo tienes) te da largas y careces de un fondo de emergencia entonces tendrás que recurrir al dinero de tu plan de pensiones o (pero aún) un préstamo para pagar la reparación de la cocina, más los electrodomésticos. Y eso sí que te saldrá caro, tanto en impuestos por retirar dinero de tu jubilación como en los intereses del banco.

Tu fondo de emergencia no debería estar invertido en bolsa, ni siquiera en los fiables bonos del Estado, ni tampoco en uno de esos depósitos bancarios a 12, 18 o 36 meses. Necesitas renunciar a ese 1-1,5% de rentabilidad a cambio de gozar de ciertas garantías por si llegan malos tiempo. La importancia de tu dinero de emergencia es que puedas acceder a él rápidamente.

Liquidez

Lo que nos lleva a la importancia de la accesibilidad del dinero reservado. Nada hay más líquido que el dinero, así que esa es la forma que deben tener tus ahorros para los malos tiempos. Euros contantes y sonantes, a los que puedas recurrir con rapidez sin tener que dar explicaciones al bando o pedir autorización. Podrías incluso tener el dinero en casa, pero lo cierto es que te expones a que se pierda debido a un incendio, inundación o robo, precisamente el tipo de emergencias para las que podrías necesitar el dinero. Mejor una cuenta bancaria. Ya veremos luego de qué clase.

¿Dónde debería tener guardado el dinero de mi fondo de emergencia?

Como hemos dicho, la accesibilidad es esencial a la hora de disponer de tu fondo de emergencia. Existen tres opciones, ordenadas de peor a mejor, donde depositar tu dinero para imprevistos:

  1. En efectivo, bien escondido (no en la casa) y protegido de humedad, ratas, etc… El famoso colchón donde guardabas el dinero. Es la opción menos recomendable, pero hay gente que no se fía de ningún otro lugar, especialmente los criminales. Esperemos que no sea tu caso.
  2. Una cuenta corriente a la que puedas acceder con tus tarjetas o yendo a un cajero. Es levemente peligroso tener el dinero así guardado, pues es fácil confundirse con los gastos ordinarios, que es donde no debes usar este dinero. Pero con un poco de disciplina podrías utilizar este sistema.
  3. Una cuenta de ahorro es la mejor opción, especialmente si ofrece algún tipo de rentabilidad, como el 0,2% o el 0,5%. Ten presente que tu objetivo NO es la rentabilidad, pero nunca está de más un poquitín extra. Aunque tu prioridad debería ser CERO comisiones. Quieres tener ese dinero guardado y accesible. No le pidas más.

Respecto a las dos últimas, es posible que te convenga utilizar un banco diferente al tuyo, por si tienen horarios extraños a los que acceder a dinero y puedas recurrir a un dinero u a otro. Elegir un banco online para tu fondo de emergencia es una buena opción.

¿Cuándo y para qué usar tu fondo de emergencia?

Cuando aparece un nuevo gasto en tu vida, siempre es buena idea contar con el dinero suficiente para hacer frente a esa nueva amenaza. Ahora bien, a veces basta con utilizar nuestro dinero ordinario, y no el de emergencia, cuando ese nuevo gasto… bueno, se veía venir. O no es para tanto.

Existen tres preguntas que deberías plantearte en caso de que un nuevo gasto aparezca, para determinar si es el momento adecuado de recurrir al fondo de emergencia.

  • ¿Es un gasto inesperado?
  • ¿Es necesario?
  • ¿Es urgente?

Valora tus respuestas. Y solo entonces decide si es momento de recurrir al dinero de emergencia. Recuerda que está para eso. Tampoco te cause mucho apuro gastarlo (si es necesario). No te aferres a ese dinero como si no hubiera un mañana. Tras un tiempo siempre puedes volver a reconstruirlo, una vez los problemas hayan desaparecido.

Cómo empezar a ahorrar para tu fondo de emergencia

Hasta aquí la teoría. Ahora es el momento de llevarlo a la práctica. Empecemos por plantearnos el objetivo: cómo ahorrar dinero mes a mes. ¿Qué necesitamos? Pues dinero, obviamente. ¿Y de dónde vamos a sacarlo? Pues aquí se nos plantean tres posibilidades, que no son en absoluto excluyentes unas de otras:

  1. Traerlo desde otro lado.
  2. Aportar una cantidad mensual.
  3. Obtenerlo mediante un ingreso extraordinario.

En primer lugar puedes utilizar un dinero que ya tenías ahorrado y depositarlo en tu fondo de emergencia. Es la forma más rápida de tachar otro recuadro de tu lista de tareas pendientes. Puede que estuvieras guardando ese dinero para algo en concreto, como unas vacaciones o regalos de Navidad, por lo que debes valorar si quieres destinarlo a la emergencias, y cuánta cantidad. De todos modos, recuerda que es sensato disponer cuanto antes de un dinero para sorpresas desagradables.

Luego está el contribuir poco a poco. Un mecanismo lento pero seguro. Con este sistema estarás expuesto ante una emergencia inmediata, pero al situarse dentro de tu presupuesto familiar no te demanda sacrificios adicionales. Basta con destinar una pequeña cantidad cada mes hasta financiar por completo tu dinero de emergencia.

Por último puedes contribuir al fondo de emergencia con ingresos adicionales, ya sea mediante horas extra en el trabajo, algún empleo freelance o —por qué no— tras vender algunos trastos que tenías guardados y no vas a darle uso. Es increíble el dinero que podrías conseguir a la par que liberas espacio en tu casa o trastero. Dinero que puedes guardar para emergencias. En cualquier caso, si te topas con un dinero extra (devolución de la declaración de la Renta, paga extra, pequeña lotería, comisión en el trabajo, etc) y aún no tienes completo tu fondo de emergencia… ¡ese es el mejor lugar para «gastarlo»!


Y con esto, desde El euro extra ya hemos terminado este artículo sobre la necesidad de un fondo de emergencia. Como siempre, si tienes alguna duda o sugerencia (sobre todo si es una sugerencia) puedes dejar un comentario para que todos nos beneficiemos de tui propuesta. ¡Nos vemos!

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Por Carlos Pérez Casas

Recoge los beneficios de sus novelas y los invierte en dividendos porque algún día le gustaría jubilarse.

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